Fascismo y Libertad: Reflexiones a vuela de pluma
Algunos entienden libertad como la facultad y derecho de las personas para elegir de manera responsable su propia forma de actuar dentro de una sociedad.
“La libertad es un derecho humano básico” nos dicen otros…
También se nos advierte que la libertad y ‘ser libre’ forma parte de la naturaleza humana, aunque no existe una libertad absoluta, ya que las personas se ven condicionadas por sus propias capacidades y el entorno.
Durante la carrera de filosofía, que no acabé a los dioses gracias, me obligaron a leer, debido a mis, digamos, tics personales notorios, manifiestos y fehacientes, “El miedo a la libertad” de Erich Fromm; en ella, el autor, tras darle muchas vueltas, y distinguir entre libertades negativas y positivas, nos viene a decir (en interpretación algo libre y personal) que el humano puede sentirse desamparado ante la libertad y preferir ser ordenado, renunciar a ella o parte de ella. Nos dice que la libertad no es algo placentero por sí misma, por lo que Fromm sugiere que muchas personas en lugar de usarla tratan de minimizar sus efectos negativos al desarrollar ideas y comportamientos que les proporcionan alguna forma de seguridad. Fromm menciona los siguientes tres comportamientos: Autoritarismo, Destructividad, Conformidad y los relaciona con procesos de sadomasoquismo. No en vano el autor era psicoanalista.
No voy a seguir provocando bostezos con el análisis de la obra, como me los produjo a mí. Me gustaría, sin embargo, iniciar una pequeña reflexión sobre dos términos que parecen antagónicos: Fascismo y libertad.
No pretendo sentar cátedra, sólo sembrar dudas, porque no hay nada más peligroso y revolucionario que la duda…
Jean Lartéguy, el famoso autor de Los Centuriones, prologaba uno de sus libros con una frase lapidaria, en la que expresaba que los mercenarios eran los únicos soldados libres pues elegían las guerras en las que querían luchar, mientras el resto de soldados no.
José Antonio nos hablaba de la falsa libertad del “liberalismo”, en el que éramos libres de elegir la forma de ser explotados… Una tomadura de pelo vamos…
Mussolini señalaba que “Libertad, sin orden ni disciplina significa disolución y catástrofe” y que “La libertad no es un derecho, es un deber. No es un don generoso, es una conquista. No es una igualdad, es un privilegio”.
“Si la libertad significa algo, es el derecho de decir a los demás lo que no quieren oír.” decía George Orwell (al que casi apiolan los grandes amantes de la libertad) en eso el fascismo es experto, en decir lo que nadie quiere escuchar…
“La libertad no es fruto que crezca en todos los climas, y por ello no está al alcance de todos los pueblos.” decía Rousseau (sería racista me pregunto…)
Los fascistas en general, han usado también de la palabra libertad, aunque siempre ligadas a otras como justicia, responsabilidad, jerarquía…
La libertad, la palabreja, ha sido ya tan manida, tan usada, tan endiosada como la de democracia, que se han convertido en tópicos.
Cualquiera del montón diría ¡¡¡cómo osan los fascistas en hablar de libertad!!! cuando sus sistemas históricos no daban libertad de prensa o de expresión… Cosa que podríamos discutir, pero no me apetece… Y menos en un sistema democrático que tiene los medios de comunicación en manos de unos pocos.
¿Acaso no es libre el que, sin imposición, acata una disciplina? se les podría responder…
El anarquismo, ideología que tras el fascismo siempre me ha producido simpatía, pretende un grado de civilización tan grande que no sea necesario ningún mecanismo coercitivo hacia los ciudadanos que establecerán sociedades solidarias en armonía con la naturaleza.
El Fascismo, por contra, es más pesimista, más conocedor de la naturaleza humana, no cree en la bondad “natural” del humano, y cree que sólo la supeditación de éste al orden, la disciplina la jerarquía y a un objetivo común, como la justicia social o el bien de la patria, nos dará “libertad” y considera más libre al ciudadano que conquista esas metas que al que se dedica a meter papeletas cada cuatro años en cajita de metacrilato. En eso Napoleón ya nos decía, de forma bastante cínica y precursora, que “Bien analizada, la libertad política es una fábula imaginada por los gobiernos para adormecer a sus gobernados.”
Como ya dije antes , no pretendo llegar a conclusión alguna, sólo señalar que endiosar la libertad no conduce a nada y que además, el sistema en el que vivimos no es garante más que de ciertas libertades formales… Que no creo debamos rendirle pleitesía a tal palabro como si de su sola invocación ya hubiera que genuflexionarse…
Aunque bien mirado… habida cuenta de cómo la democracia europea occidental burguesa, capitalista, liberal, ha prohibido, en nombre de la libertad, a los fascismos y su reconstrucción partidaria desde 1945, y cómo el marxismo en sus diferentes variantes, ha intentado aniquilarnos, quizás sea el momento de ser firmes partidarios de la misma…
Lo cierto es que a mí la libertad me interesa en tanto que dirigida a una finalidad concreta, en caso contrario es palabra huera…
E. CONNOLLY
Agradecemos el artículo extraído de: http://elcadenazo.com/?p=8740