¿Qué fue La Revolución Europea de 1933?
No había leído libros que tocaran desde un ángulo distinto un hecho que cambió ideológicamente y de raíz el rumbo histórico de Europa en el siglo XX, como la llegada de Adolfo Hitler al poder y el triunfo del Nacionalsocialismo. Fue hasta que leí Imperium de Francis Parker Yockey (FPY), que obtuve una visión interesante e innovadora de lo que significó la llegada de Mussolini y de Hitler al poder. Con ese libro escuché por primera vez el conjunto de “Revolución Europea de 1933”, y me parece oportuno y necesario dedicarle su debido espacio a este hecho crucial.
Es de conocimiento general que varios escritores de todo tipo de ideologías, nacionalidades, épocas, han hablado sobre la Segunda Guerra Mundial, sobre la llegada de Adolf Hitler al poder en Alemania gracias al Partido Nacionalsocialista. También, abunda la bibliografía sobre los antecedentes, sus causas y consecuencias, mostrando sus diferentes tendencias políticas (por más que quieran mostrarse “objetivos”), desde tergiversaciones, invenciones, difamaciones, especulaciones. Pero ninguno de ellos había tocado de fondo la esencia ideológica, mística, política y revolucionaria de este cambio radical, tal como lo hizo Francis Parker Yockey.
Partamos del hecho de que para Ulick Varange (Seudónimo de Francis Parker Yockey), la llegada de Adolf Hitler al poder en Alemania, significó la “Revolución Europea de 1933”. Para entender la Revolución Europea de 1933 y lo que nos quiere dar a entender Ulick Varange necesitamos entender:
-Revolución
Posteriormente necesitaremos desglosar:
-Qué fue la Revolución Europea de 1933.
-Qué enfrentó la Revolución Europea de 1933.
¿Qué es una Revolución? Es un proceso, un hecho histórico, una transformación, que cambia un régimen por otro de manera radical, puede ser violenta o tal vez pacífica. El objetivo de la revolución es la total transformación del régimen imperante por otro. Si el movimiento revolucionario tiene como objetivo eliminar una democracia e impone una dictadura, entonces hablamos de una revolución exitosa. Si surge un movimiento revolucionario que pretende eliminar la dictadura y colocar la democracia, hablamos de una revolución exitosa, pues la revolución debe cambiar el régimen/sistema por otro, si solo hubo modificaciones, pequeños cambios, sería solo un movimiento reformista.
¿Y qué fue la Revolución Europea de 1933?
Fue el ascenso de Adolfo Hitler al poder en Alemania, como Kaizer y luego como Fuhrer, que con sus ideas modificó totalmente el régimen político, económico, social y cultural imperante, estableciendo las ideas del momento, lo que el pueblo alemán pedía: la Autoridad. Porque cuando Alemania más lo necesitaba, cuando su crisis se prolongó, cuando la democracia con su demagogia colocó en el poder a los peores personajes, cuando el comunismo destruyó los cimientos de la tradición, y el liberalismo seguía saqueando cada bolsillo del obrero: volvió la Autoridad. Teorías, ideologías, utopías, todas resultados del racionalismo y el materialismo minaron y destruyeron los cimientos de Europa, y la Revolución Europea de 1933 enfrentó esa ideología racionalista con la Idea del momento: la Autoridad.
La Revolución Europea de 1933 está ligada estrechamente al cambio radical realizado por
los líderes europeos que vieron la necesidad que la Autoridad llegara y se implantara de manera agresiva e imponente, con un fin sencillo: recobrar el orden y su destino.
¿Qué antecedentes tiene la Revolución Europea de 1933?
Benito Mussolini fue uno de los antecedentes de este movimiento, logrando establecer la idea, el espíritu de la época, y él lo manifestó en su doctrina-política-cosmovisión llamado “fascismo”. Bien nos menciona Francis Parker Yockey en Imperium que “El fin del capitalismo y el nacionalismo fue simbolizado por la creación y genio de Benito Mussolini, que proclamó en la cara de la aparente victoria mundial de las ideas del siglo XIX, la voluntad de organización y el imperativo Interno del siglo XX, el Resurgimiento de la Autoridad, y el Socialismo Ético.” Con esta frase Parker Yockey nos da entender que había un imperativo necesario y útil para la Italia, para aquella Italia que estaba poco a poco siendo desmembrada por los movimientos comunistas, por la voracidad liberal, por la masonería internacional, la alta finanza internacional, la judería y todas sus huestes. Bastó con llegar un héroe, el hombre que necesitaba Italia, aquél que simbolizaba la necesidad italiana. Posteriormente FPY continúa “Precisamente cuando los ideólogos materialistas hacían ejercicios lógicos con la política internacional y creaban una estúpida e inútil <<liga de naciones>>, este heraldo del Futuro desafiaba el abortivo y absurdo de Ginebra, reencarnaba la voluntad de poder y el heroísmo del hombre Occidental. Haciendo oír su voz por encima de los himnos a la “democracia”, Mossolini habló del cadáver de la democracia”. ¿Qué nos da entender FPY? Que las ideas del siglo XVIII y XIX (hablamos de las ideas de la Ilustración materialistas y racionalistas) estaban siendo enterradas, eliminadas poco a poco de los países europeos.
¿Qué simbolizaba la Revolución europea?
La destrucción de las ideas materialistas y racionalistas del siglo XVIII y XIX. El cambio del régimen por otro basado en la cultura europea y la imposición de la esencia cultural europea: la autoridad. Dentro de esa Revolución que tenía tintes “nacionalistas” se encontraba una idea de grandes proporciones: la unificación de Occidente. FPY menciona que “La palabra nacionalismo cambió de significado después de la Primera Guerra Mundial. Si antes había significado pendencias fronterizas, patriotismo chauvinista, de entonces en adelante significó la idea de la unidad Occidental.”. ¿Por qué ese ataque al nacionalismo recalcitrante, separatista y chauvinista? Porque el nacionalismo del siglo XIX había dividido a los europeos, entre guerras y disputas de todo tipo. La idea del siglo XX, la que surgió fue la de la unidad. Como comenta FPY “Los “nacionalistas” en cada país buscaron el bienestar de sus propias patrias en la unidad Occidental, mediante el abandono de las guerras intraoccidentales lo que automáticamente crearía un nuevo organismo político.” Hablamos entonces de un Imperio (Imperium), el imperio Europeo, el Imperio Occidental.
Si bien Benito Mussolini representó el inicio de la Idea, del espíritu de la época que tanto necesitaba Italia y Europa, en 1933 se desató en Alemania un movimiento de grandes proporciones que FPY llamaría “La Revolución Europea de 1933” y que con honor mencionamos en este escrito. Nadie sabría que aquél país humillado por el Tratado de Versalles, el desmembramiento de su territorio, el despojo de sus colonias, el sobajamiento de su población, se levantaría; mostraría su gran fortaleza interior y exterior y que lo materializarían en un movimiento político-cultural-social-espiritual llamado Nacionalsocialismo, representado por uno de los líderes más destacados que tuvo Alemania: Adolf Hitler, personaje que marcaría la Edad contemporánea del siglo XIX y evidenciaría a los Falsificadores de la Cultura (judíos). FPY menciona al respecto “La Revolución Europea de 1933 desató la más tremenda fuerza espiritual que conoce la Historia: el destino, el Espíritu de la Época en marcha.” De tener a una Alemania en ruinas, la elevó a potencia mundial, recobrando la dignidad del pueblo alemán.
La idea que estaba corriendo por toda Europa era la de la unidad europea. El Espíritu de la Época: el Socialismo Ético y la Autoridad había resurgido en los líderes, en los portadores de la cultura y en la disposición de los pueblos por ser dirigidos por grandes líderes. FPY dice que “durante los años 1918-1939, la idea del siglo XX había triunfado por doquier en Occidente, y sólo la intervención de las fuerzas externas afincadas en Moscú y Washington había frustrado la fundación de la unidad general europea.” Para aquellos que tienen idea de qué fuerzas externas estaban afincadas en Moscú y Washington, podrán entender las razones por las cuales EEUU y la URSS decidieron eliminar el Imperio alemán de Hitler.Esas fuerzas externas son la Cultura-Nación-Estado-Religión hebrea.
La Revolución Europea de 1933 evidenció la falsedad de las ideas racionalistas como la democracia, el liberalismo, el nacionalismo chauvinista, el anarquismo, el comunismo, el feminismo, la igualdad, los derechos, etc. Todas esas ideologías utópicas racionalistas y materialistas que hundieron (y que siguen hundiendo) a Occidente. Y aparte mostró la verdadera cara de los Falsificadores de la Cultura que como sanguijuelas extraen la sangre de las naciones hasta ponerlas a sus pies. Ese grupo falsificador, que sin problemas y sin tapujos, son los judíos, reaccionarían por el resurgir de la exclusividad europea. Ese grupo Falsificador de la Cultura haría todo lo posible para destruir a como dé lugar el Espíritu de la Época, sin importar que se aniquilara la población civil alemana.
Cito el siguiente párrafo de FPY:
“El grupo Falsificador de la Cultura no se movía solo a impulsos de su vieja misión de revancha contra Occidente por un milenio de insultos y persecuciones, sino que además estaba enardecido por la afrenta sin par que para él representaba la renovación de la exclusividad Occidental en la Revolución europea de 1933. Por primera vez, el antisemitismo simplemente social le convenía al Falsificador de la Cultura ya que servía para aglutinar a sus seguidores. Pero el antisemitismo Cultural significaba el final del poder del Falsificador dentro de Occidente.”
El judío internacional mostraría su capacidad de conspiración, de movimientos de grandes fuerzas internacionales financieras, militares, diplomáticas, masónicas, traicioneras, corruptelas, moviendo a sus vasallos en cada país, y todas aquellas artimañas que el judío supo desarrollar en más de 3mil años de persecuciones y humillaciones.
Conclusión
La Revolución Europea de 1933 fue una luz, una batalla, una lucha de grandes proporciones que elevó la visión del alemán y del europeo que estaba en sintonía y concordancia con el ideal de la Unidad Occidental. Y no sólo de los europeos, sino de todos aquellos que mediante lazos sanguíneos, raciales, culturales e históricos, mantenían y mantienen una empatía ante la unidad de Occidente. En este escrito le rendimos memoria a todos aquellos héroes que hicieron posible el despertar europeo y desde América Hispana, desde México, como ex colonia cultural de España de antaño, rendimos honor y gloria.
La Revolución Europea de 1933 sirve como inspiración a las generaciones del futuro y es debido conocer de fondo de qué se trató y sus objetivos.
Finalizo con esta frase:
“La vida del individuo no tiene importancia más que para él mismo; la cuestión es saber si desea escapar de la historia o dar su vida por ella. La Historia no se preocupa de la lógica humana”. Oswald Spengler
J. V.
Fuentes: Imperium, Francis Parker Yockey
Derrota Mundial, Salvador Borrego E.