**LOS JUICIOS DE NUREMBERG, UNA DE LAS PEORES BURLAS JURÍDICAS DE LA HISTORIA**
Como bien dijo Richard Harwood sobre los Juicios de Nuremberg que «estos procesos constituyeron la más grande y vergonzosa comedia jurídica de la historia». Los Procesos de Nuremberg tuvieron un sinfín de inconsistencias e incongruencias. Se hizo todo lo posible para que parecieran «imparciales» y «justas», siendo que lo principal de todo esto, es que solo se juzgó a los alemanes nacionalsocialistas por supuestos «crímenes de guerra», pero no se juzgó a los soviéticos por sus crímenes en la URSS o las mujeres alemanas violadas, ni a los gringos por las bombas arrojadas en Hiroshima y Nahasaki, o los campos de concentración donde tuvieron a miles de japoneses, obviamente porque los gringos y los soviéticos fueron los ganadores.
Citamos a continuación datos sobre todas estas inconsistencias en estos juicios de burla, extraídos del libro «¿Murieron realmente seis millones?» de Richard Harwood:
-Los procesos de Nuremberg se basaron desde el principio en estadísticas groseramente erróneas. En su requisitoria del 20 de noviembre de 1945, Sidney Alderman declaró que en los países de Europa ocupados por Alemania habían 9,600,000 judíos. (Siendo que se ha demostrado que en la Europa ocupada por Alemania no ascendía a más de 3 millones de judíos.-El paréntesis es del admin-)
-Los pretendidos seis millones de víctimas hicieron su aparición por vez primera en Nuremberg, como base de la acusación; y luego que la prensa de la época (la mayoría de la prensa está en manos de judíos -paréntesis del admin-) hubo especulado con totales a veces de diez millones o más, adquirió credibilidad la cifra de seis millones, imponiéndose posteriormente en los «mass media» internacionales.
-Es preciso considerar la naturaleza de los procesos mismos, en los que para NADA se tuvieron en cuenta los más elementales principios jurídicos. Los acusadores fueron simultáneamente acusadores, jueces y verdugos; la «culpabilidad» se consideró como establecida a «priori».
-Hasta ese momento el más fundamental de los principios legales era el que nadie puede ser declarado culpable de violar una ley, si sea ley no estaba en vigor en el momento de la infracción. (Pero esto no fue respetado). Se crearon en Nuremberg legislaciones «ex post facto» a fin de juzgar a gente por «crímenes» que solo fueron delcarados tales después de que se hubieron pretendidamente cometido.
-En Nuremberg no se tuvieron en absoluto en cuenta las reglas sobre las pruebas elaboradas en el curso de los siglos por la jurisprudencia británica, tendientes a descubrir la verdad de una imputación con la mayor certeza posible. Se declaró que «el Tribunal no habría de verse trabado por las reglas técnicas de la prueba», sino que «podría admitir toda la prueba testimonial que estimara tener valor probatorio», es decir, que vinieran a sostener una convicción. Esto significaba en la práctica que se admitía y se daba fe a dichos de terceros, a simples conocimientos de oídas (no admisibles por tribunales normales), y a documentos que en un proceso judicial normal se rechazaban siempre por recusables y sujetos a caución. Es sumamente significativo que se haya admitido en Nuremberg este género de «pruebas», porque fue uno de los métodos principales de la fabricación de la leyenda del exterminio, mediante fraudulentas «declaraciones por escrito bajo palabra de honor», y «declaraciones formales por escrito que importan juramento».
Citamos a continuación datos sobre todas estas inconsistencias en estos juicios de burla, extraídos del libro «¿Murieron realmente seis millones?» de Richard Harwood:
-Los procesos de Nuremberg se basaron desde el principio en estadísticas groseramente erróneas. En su requisitoria del 20 de noviembre de 1945, Sidney Alderman declaró que en los países de Europa ocupados por Alemania habían 9,600,000 judíos. (Siendo que se ha demostrado que en la Europa ocupada por Alemania no ascendía a más de 3 millones de judíos.-El paréntesis es del admin-)
-Los pretendidos seis millones de víctimas hicieron su aparición por vez primera en Nuremberg, como base de la acusación; y luego que la prensa de la época (la mayoría de la prensa está en manos de judíos -paréntesis del admin-) hubo especulado con totales a veces de diez millones o más, adquirió credibilidad la cifra de seis millones, imponiéndose posteriormente en los «mass media» internacionales.
-Es preciso considerar la naturaleza de los procesos mismos, en los que para NADA se tuvieron en cuenta los más elementales principios jurídicos. Los acusadores fueron simultáneamente acusadores, jueces y verdugos; la «culpabilidad» se consideró como establecida a «priori».
-Hasta ese momento el más fundamental de los principios legales era el que nadie puede ser declarado culpable de violar una ley, si sea ley no estaba en vigor en el momento de la infracción. (Pero esto no fue respetado). Se crearon en Nuremberg legislaciones «ex post facto» a fin de juzgar a gente por «crímenes» que solo fueron delcarados tales después de que se hubieron pretendidamente cometido.
-En Nuremberg no se tuvieron en absoluto en cuenta las reglas sobre las pruebas elaboradas en el curso de los siglos por la jurisprudencia británica, tendientes a descubrir la verdad de una imputación con la mayor certeza posible. Se declaró que «el Tribunal no habría de verse trabado por las reglas técnicas de la prueba», sino que «podría admitir toda la prueba testimonial que estimara tener valor probatorio», es decir, que vinieran a sostener una convicción. Esto significaba en la práctica que se admitía y se daba fe a dichos de terceros, a simples conocimientos de oídas (no admisibles por tribunales normales), y a documentos que en un proceso judicial normal se rechazaban siempre por recusables y sujetos a caución. Es sumamente significativo que se haya admitido en Nuremberg este género de «pruebas», porque fue uno de los métodos principales de la fabricación de la leyenda del exterminio, mediante fraudulentas «declaraciones por escrito bajo palabra de honor», y «declaraciones formales por escrito que importan juramento».